29 octubre, 2006

El laberinto del fauno y el día en que dejamos de soñar


La semana pasada fui a ver El laberinto del fauno y al salir del cine escuché una frase que me indignó: "Pero entonces al final todo lo que ha pasado se lo estaba imaginando la niña". Sí, es una frase muy ingenua, aparentemente sin ninguna importancia ni connotación secundaria, sólo una valoración sobre la película, pero en ese momento me di cuenta de que lo que dijo aquella chica era lo que pensaba el 99% de las personas que vieron la película.

El laberinto del fauno es una película preciosa, que mezcla la crudeza de la realidad que se vivía en la posguerra española (por mucho que algunos extremistas se empeñen en negarlo) con una fábula maravillosa que la gente ha interpretado como los delirios de una niña que encuentra en su imaginación el único refugio posible al mundo violento en el cual se ve atrapada y que es incapaz de entender...

Pues bien, yo no tengo ningún reparo en reconocer que me lo creí. Me creí realmente la historia del fauno y de la princesa del Reino Subterráneo, hija de la luna, desterrada a la superficie, al mundo de los humanos donde la gente sufre por una guerra reciente y que debe demostrar que es digna de regresar a su reino a través de las tres pruebas a las que le somete el fauno y que debe completar antes de la luna llena. Disfruté como un niño viendo esta película, cruzando la puerta al mundo de los sueños que se abría delante de mí y creyéndome la "mentira" que esperaba tras ella.

A la mayoría les parecerá algo muy pueril que una persona de 21 años se crea la fábula de una niña y un fauno en una película de fantasía, el único lugar donde la magia y los cuentos de hadas pueden ser realidad...

Pero a mi en cambio lo que me llena de tristeza es la verdad aceptada de antemano por todo el mundo: la fantasía y la magia no existen, ni siquiera en las películas o en los libros. La imaginación ha muerto. ¿Cuándo pasó esto? ¿En qué momento perdimos nuestras ilusiones?

Nos hemos hecho mayores. Nos hemos olvidado de soñar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

es tristemente verdad. lo q no es tangible no existe. mientras tenga un formato, es compatible con.
la imaginacion donde esta?
un libro es un formato, pero hay manejarlo de una manera muy especial para sacarle lo q puede ofrecer. q asco de vida, sufriendo por unos y por otros
estoy hasta los huevos de sufrir, y mas q nadie por la gente, y q nadie se da cuenta de eso, solo de su propio yo, me quema. le diria al mundo q yo tb sufro y se lo grabaria a fuego en un monolito. hayq ver como desvario, ¿sera todo imaginaciones mias?


pd: emos.. no son cuchillos, es dolor, ese q tb tu conoces y grabas