20 mayo, 2008

Nuevo blog!

Pues eso, que para esta nueva andadura en blogger he decidido crearme un nuevo blog. Visitadme, eh? ;)



15 mayo, 2008

Ara menges merda!

ARRRRGHHHH!!!!!

PEDAZO DE MIERDA DE FOTOLOG!!!!

Toda la puta mañana queriendo actualizar, el servidor caído y ahora... se pone a funcionar???

Pues que le den al fotolog ya!
Nunca entenderé esa manía del ser humano por aferrarse a las cosas que no funcionan (el fotolog, Windows, el capitalismo...). De las cosas a las que se aferra la gente y no existen ya hablaremos otro día.

En fin, que vuelvo a la blogosfera, al lugar que nunca debí abandonar. De las incontables ventajas de blogspot frente a fotolog ya hablaremos otro día.

Aún no he decidido si continuar con este o abrir uno nuevo (en realidad quería empezar uno, pero todos los nombres que se me ocurrían estaban pillados). De la gente que abre blogs con nombres molones para poner una sola entrada y abandonarlos ya hablaremos otro día.

En fin, que gracias a fotolog me he quedado sin tiempo para actualizar porque a las 15:15 tengo práctica y no me la puedo dejar. De las prácticas obligatorias ya hab... jejeje cuanto menos hablemos de eso mejor xDDD

Hasta otra! ;)

13 noviembre, 2007

El bostezo que dió la vuelta al mundo

Una día como otro cualquiera, Juan José López Garrido, de 19 años, natural de Matalascañas, estudiante de Ingeniería de la Muerte en la facultad de Ciencias Malignas de la Universidad de la Isla del Terror y supervillano aficionado, salió ensobinao del piso que compartía con su archienemigo Rigoberto, el hijo bastardo de Maculay Culkin y un chico-musaraña que encontraron en la sección de pescadería del mercadona al que acordaron llamar Junior.

Hacía un poco de fresco, y Juan José se estremeció al sentir como un escalofrío le recorría la espalda. Tras un breve castañeo de dientes se frotó con fuerza los brazos y no pudo retener un bostezo que salió de lo más profundo de su ser y que amenazó seriamente con desencajarle la mandíbula.

En ese preciso instante se cruzaba con Julia, la vecina del cuarto, una chica rubia muy guapeta que a pesar de su edad se conservaba bastante bien. Julia, como hubiese hecho cualquier otro ser humano, sintió ese irrefrenable impulso, que ya intrigó los sabios próceres de la humanidad (Confucio y demás) y que aún a día de hoy ningún científico ha podido explicar, de solidarizarse con el joven y apenas pudo dar tres pasos antes de bostezar, cubriéndose la boca con la mano como educada señorita que era.

Pero ninguna mano, por grande que fuese, pudo jamás retener un bostezo, y un cartero que pasaba por allí eligió el peor momento posible para comprobar si aquella buena moza, aparte de tener buen escote, era guapa de cara. Justo en esa millonésima de segundo escuchó cómo alguien le llamaba por la espalda. El cartero, no tan recatado como la señorita Julia, se giró con la bosera abierta de para en par, proyectando el bostezo directamente a la jeta de un señor con traje que, cargado de maletas, le preguntaba si tenía alguna carta para Miguel Ángel Torres Zambrano.

Completamente compungido ante tamaña falta de educación, Miguel Ángel se juró a si mismo que no saldría de su ser bostezo alguno que diese continuidad a la grosería del señor cartero y subió airadamente al taxi sin esperar respuesta. Durante todo el trayecto hasta el aeropuerto estuvo pensando en aquel bostezo. Intentó de todo para quitárselo de la cabeza pero no pudo. Haciendo un esfuerzo sobrehumano, consiguió subir a su avión con destino a Nueva York sin bostezar, y creyéndose vencedor se durmió con una sonrisa en la boca.

Tan profundamente dormía que no se dio cuenta del aterrizaje y se quedó sólo a bordo del avión. La fortuna quiso que uno de los aviones que estaba a punto de salir sufriese una avería en el tren de aterrizaje y que la compañía decidiera que se preparara urgentemente precisamente ese aparato para dar servicio a los viajeros afectados.

Un par de horas más tarde, notando como le abofeteaban ligeramente la cara, Miguel Ángel se desperezó, despertando su letargo, momento de debilidad que el bostezo que se encontraba preso en su cuerpo aprovechó para abrirse vía hasta el exterior. En ese preciso instante, le vino a la mente la cara del cartero maleducado, pero ya era demasiado tarde y abriendo los ojos de par en par se dió cuenta de que un grupo bastante extenso de turistas japoneses le observaban cámara en mano. Horas después, el vídeo de aquel monumental bostezo colgaba en el Youtube y Miguel Ángel Torres Zambrano moría ahorcado en la habitación de su hotel en Manhattan, pero esa es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión.

Los japoneses que acababan de subir al avión siguieron con la vista al hombre del traje, que se apresuraba en bajar del avión antes de que despegara, y así fue como aquel bostezo consiguió, como el que no quiere la cosa, un pasaje para llegar al país del Sol Naciente, lugar que, por otra parte, siempre había querido visitar.

Así, saltando de cuerpo en cuerpo, como en una interminable cadena, el bostezo de aquel siniestro joven cruzó frontera tras frontera, uniendo continentes enteros. Atravesó toda Asia, Europa, el norte de África, ...

Semanas después, Juan José López Garrido, de 19 años, natural de Matalascañas, estudiante de Ingeniería de la Muerte en la facultad de Ciencias Malignas de la Universidad de la Isla del Terror y supervillano aficionado, salió ensobinao del piso que compartía con su archienemigo Rigoberto, el hijo bastardo de Maculay Culkin y un chico-musaraña que encontraron en la sección de pescadería del mercadona al que acordaron llamar Junior.

Saliendo del portal se cruzó con Julia, la vecina del cuarto, que se llevaba la mano a la boca intentando en vano ocultar un bostezo. Abrió de par en par sus fauces para facilitar la salida de lo que se avecinaba, pero no ocurrio nada. Sin darle importancia, se metió las manos en los bolsillos y continuó su camino. Como alma oscura que era, ni siquiera se preguntó a qué se debía aquella extraña sensación de familiaridad...

Y aquí acaba la historia del bostezo de Juan José López Garrido, de 19 años, natural de Matalascañas, estudiante de Ingeniería de la Muerte en la facultad de Ciencias Malignas de la Universidad de la Isla del Terror y supervillano aficionado, que compartía piso con su archienemigo Rigoberto, el hijo bastardo de Maculay Culkin y un chico-musaraña que encontraron en la sección de pescadería del mercadona al que acordaron llamar Junior.

La historia de un bostezo que dió la vuelta al mundo.

12 octubre, 2007

SuperMoine

Cómo molan estos dibujicos ^^