Friedrich Wilhelm Nietzsche
Cuando sientes que el mundo se te echa encima tienes dos opciones: rendirte y dejar que te aplaste o clavar los pies al suelo, apretar los dientes y mirarle fijamente mientras dices "Ven, aquí te espero.". Yo soy de los que prefieren esta segunda opción.
Luchar me hace sentir que estoy vivo.
Me encanta esa sensación que te invade cuando consigues algo que antes de empezar estaba muy lejos de tu alcance.
No me gustan las cosas fáciles. Quizá por eso a veces me las complique yo solito; la gente suele decirme: "¡Ei, eres muy complicado!". Casi siempre me hace sonreir.
Al final de Seven (una de mis películas favoritas, si no mi favorita), Morgan Freeman dice una frase que me encanta: "Ernest Hemingway escribió una vez: 'El mundo es un buen lugar por el que vale la pena luchar.' Estoy de acuerdo con la segunda parte." Me parece una síntesis perfecta.
Puede que vivamos en un mundo malo, y que al encontrarnos frente a frente con la realidad nos asustemos y nos hagamos daño. Lo más fácil es rendirse y dejar que la oscuridad del mundo nos absorba. Pero en lugar de rendirnos sin más deberíamos pararnos a pensar en que eso que nos duele es parte de nosotros.
Si algo te duele significa que existe. Puede que el mundo entero te de la espalda, pero jamás debes darte la espalda a tí mismo, porque en esos momentos solo te tienes a tí. Es entonces cuando tienes que sacar todo tu valor y luchar por mantener tu integridad, aunque para el resto del mundo parezca que no valga nada. Quizá entonces empieces a ver que no todo es tan gris como parece, que aunque estes en medio del desierto debes conservar la esperanza de encontrar una flor y que sólo desde la más absoluta oscuridad es posible ver una luz por tenue que sea.
El hecho de que una montaña muy alta y escabrosa aparezca inevitablemente en mitad de nuestro camino no es razón para rendirse sin intentar siquiera escalarla, luchar metro a metro por avanzar, un poquito más hasta quedarnos exhaustos, tener que sacar fuerzas de donde aparentemente no las hay... Podrá llevarte días, meses, incluso años... pero entonces, al final, llegas a la cima, y entonces puedes ver el mundo a tus pies, más allá del horizonte. Algo dentro de tí se agita, ha roto sus cadenas, se siente libre, quiere salir, salir y gritar...
Ese algo que se agita es por lo que debes luchar siempre, porque ese algo eres tú.
